• Conoce la obra maestra de nuestros antepasados en el Complejo Arqueológico Aypate

    Horario: Todo el día
    Ubicación: A 49 kilómetros de la ciudad de Ayabaca

    El Complejo Arqueológico de Aypate se ubica en el cerro de homónimo a 2 916 msnm. Este centro arqueológico está compuesto por principalmente por una llanura libre de construcciones, denominada Plaza Central, y hacia la cumbre del cerro, como quien sube al lado izquierdo- se encuentran dos anchos andenes apuntalados con piedras toscas, divididos en el medio por una escalera de 4 m. de ancho y 33m. de largo aproximadamente. Esta escalera con bordes de piedras a los costados, permite subir desde la Plaza Central a la parte superior del andén. 

    A espaldas del mismo se levanta una muralla de piedras no muy grandes y poco labradas, conservadas, en varios puntos, hasta una altura aproximada de 3m. con un espesor de 1.50m. en promedio. Al lado izquierdo, subiendo por la escalera, se halla un cuarto entre la misma y la muralla que mide 7.65m. por 11.80 m. con la puerta hacia la escalera. Otros dos cuartos se encuentran a la derecha de la escalera, y la muralla forma la pared del más pequeño de ellos, y pueden haber sido construidos en un segundo momento. Al extremo superior de la escalera, se abre en la muralla una puerta construida con piedras de granito rosado, labradas en forma de paralelepípedos, con caras planas y puntos de unión cuidadosamente tallados.
    La puerta se abre con la típica forma trapezoidal, flanqueada por grandes bloques labrados. Actualmente, los estudios realizados indican que Aypate fue un centro administrativo inca de gran relevancia construido con un claro sentido mediador y pacificador de los conflictos surgidos entre los grupos étnicos por la distribución de agua, la extensión de los campos agrícolas y el aprovechamiento de los pastos. 
    Cabe destacar que el trazado o planta de este complejo es distinto a la tradición local, lo cual supondría la existencia de una ocupación anterior a la inca, y de ser así la presencia inca se habría sustentado en esa tradición local, con la tolerancia religiosa y ciertas concesiones a los diversos grupos étnicos. La importancia religiosa de este centro estuvo en funcionar como posible residencia de un alto jerarca, configurándose como uno de los diez más importantes del Tahuantinsuyo.

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